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La selección de parentesco se refiere a los cambios en las frecuencias génicas a través de las generaciones que son debidos al menos en parte a interacciones entre individuos emparentados. Ciertamente, algunos casos de evolución por selección natural solo se pueden entender si se considera cómo influyen los parientes biológicos en su aptitud. Bajo selección natural, un gen que codifique un carácter que mejore la aptitud de los individuos que lo porten debería aumentar de frecuencia en la población; y a la inversa, un gen que disminuya la aptitud individual de sus portadores debería ser eliminado. Sin embargo, un gen que provoque un aumento de la aptitud de los parientes pero disminuya la aptitud del individuo que porta el gen puede no obstante aumentar de frecuencia, porque los parientes suelen portar los mismos genes. La mejora en la aptitud de los parientes puede a veces compensar la pérdida de aptitud que sufren los individuos que muestran el carácter.

Regla de Hamilton[]

Formalmente, tales genes aumentarían de frecuencia cuando

R*B>C

donde

R = el parentesco genético entre el receptor y el donante, normalmente definido como la probabilidad de que un gen escogido aleatoriamente en el mismo locus en ambos individuos sea idéntico por descendencia.
B = el beneficio reproductivo adicional recibido por el receptor del acto "altruista",
C = el coste reproductivo que sufre el donante.

Esta ecuación se conoce como regla de Hamilton en honor a W. D. Hamilton, que publicó en 1964 el primer estudio cuantitativo de la selección de parentesco para explicar la evolución de los actos aparentemente altruistas. Sin embargo, la frase selección de parentesco fue acuñada por John Maynard Smith.

Técnicamente, la definición correcta del parentesco (R) en la regla de Hamilton se describe como una medida regresión. Las regresiones, al contrario que las probabilidades, pueden ser negativas, y por tanto es posible que los individuos estén emparentados negativamente, lo que significa que dos individuos pueden ser menos parecidos genéticamente que dos individuos escogidos aleatoriamente, de media. Se ha aludido a esto como explicación de la evolución de comportamientos que producen perjuicio tanto al destinatario como al donante.

En los años 30 John B. S. Haldane tenía una comprensión de las cantidades básicas y las consideraciones que juegan un papel en la selección de parentesco. Su frase "Daría mi vida por dos hermanos u ocho primos" (ver también: Haldane's Wikiquote entry) se hizo famosa. El altruismo de parentesco es el término para el comportamiento altruista cuya evolución se ha producido por selección de parentesco.

El comentario de Haldane aludía al hecho de que si un individuo pierde su vida para salvar a dos hermanos, cuatro sobrinos, u ocho primos, es un "buen negocio" en términos evolutivos, ya que los hermanos son idénticos en un 50% por descendencia, los sobrinos un 25% y los primos un 12,5% (en una población diploide que se reproduzca aleatoriamente). Pero Haldane también bromeó diciendo que moriría realmente sólo para salvar más de un gemelo idéntico o más de dos hermanos.

Altruismo en las abejas[]

Algunas sociedades de insectos sociales "parecen" tener una forma desinteresada tendiendo a favorecer a otros individuos de su misma especie. Las abejas obreras trabajan constantemente en la colonia cuidando a su madre, hermanas y hermanos, durante aproximadamente tres semanas, luego recolectan néctar y polen otras dos o tres semanas, hasta que mueren. Son hembras infértiles, no dejando descendencia alguna, lo cual nos hace pensar ¿como la selección natural favorece esta conducta?.

Pero este altruismo de las abejas tiene una origen genético. Las obreras son hembras estériles (pueden poner huevos no fecundados en ausencia de su madre), pero no pueden transmitir sus genes a otras generaciones por lo tanto favorece su comportamiento altruista.

Hace pocos años se esbozo la teoría de selección por parentesco, explicándose que un individuo ejecuta una tarea de escasa utilidad (o incluso negativa para si mismo o para su propia supervivencia como individuo), pero muy positiva para sus parientes (en definitiva, para sus mismos genes). Las abejas son un extremo de altruismo por el beneficio extra que su sistema de reproducción por partenogénesis natural, dado que una obrera cría hermanas en primer lugar porque con ellas comparte un 75 % de sus genes (el 50 % de la madre diploide y el 25 % del padre haploide), si esta se reprodujera solo compartiría con sus hijos un 50 % de los genes (que transmitiría a su descendencia), mientras que con sus hermanos comparte el 25 % de los genes (solo los del padre haploide). En virtud de este escalonamiento genético las abejas obreras alimentarán a su madre primero, luego a sus hermanas y por último a sus hermanos, a los cuales durante la temporada de ausencia de néctar dejarán fuera de la colmena para que los zánganos mueran o bien ellas mismas los matarán. Este supuesto altruismo genético las obliga a dar la vida por quienes más genes compaten con ellas.

Véase también[]

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