La leche descremada o desnatada es la leche a la que se le ha eliminado la grasa mediante centrifugado. Con la grasa extraída se hace crema de leche (o nata) y mantequilla.
Paradójicamente todas las leches (entera, semidescremada y descremada) pasan por el proceso de descremado. La cantidad de grasa que producen las vacas es variable. Por eso, la leche se descrema y se le vuelve a añadir la grasa en su medida justa: descremada, 0%; semidescremada, 1,5-1,8%; y entera, más de un 3,2%.
Con el descremado la leche puede perder ácidos grasos esenciales y vitaminas liposolubles. El sabor también se suele ver afectado.
Como curiosidad, se puede puede comentar que la cantidad de grasa en la leche varía mucho de un mamífero a otro. La leche más grasa es la de la foca de Ross, que contiene un 68% de grasa, lo que la hace tan espesa como la mahonesa. La leche de camella es la más ligera con tan solo un 2% de lípidos.