Apicultura Wiki
Advertisement
                                == INDICE ==  Regresar página principal

Posiblemente la primer obra de apicultura Uruguaya haya sido la de Antonio T. Caravia publicada en 1865 y titulada: Cultivo de las abejas y de los gusanos de seda: tercera parte del curso de agricultura. Montevideo: imp. Oriental, 1865. 247 p. 21 cm.

La historia de la Apicultura en el Uruguay[]

  • Juan José Cordara.
  • Boletín Electrónico Nro. 92. Mayo 2006. Sociedad Apícola Uruguaya.

1 Iincio.[]

El Diccionario Enciclopédico “Horizonte” define a la Apicultura” como: el “arte de criar las abejas para aprovechar la miel y la cera” (1). Para algunos la apicultura es un arte lo que significa:

  • El término arte procede del término latino ars En la Antigüedad se consideró arte como la pericia y habilidad en la producción de algo. Es solo a partir de finales del siglo XV, durante el renacimiento Italiano, cuando, por primera vez se hace la distinción entre artesano y artista (artesanías y bellas artes) y equivalentes entre artesanos, productor de obras múltiples y artista, productor de obras únicas. (según Google)

Para otros la Apicultura es una técnica lo que significa:

La técnica es el procedimiento o el conjunto de procedimientos que tienen como objetivo obtener un resultado determinado, ya sea en el campo de la ciencia, de la tecnología, de las artesanías o en otra actividad.

La abeja o apis melíferas se reproduce y produce, jalea real, propóleos, apitoxina y otros y también es una extraordinaria transportadora del polen de las plantas para que estas tengan una mayor y mejor fructificación y que el hombre pueda recoger parte de él.

La especie “abejas” comprende tres tipos de individuos diferentes. Cada enjambre o colonia de abejas es una familia. Tiene una reina que es una hembra fecundada, único individuo de la colonia capaz de poner huevos (fecundados y sin fecundar) y asegurar la supervivencia de la colmena; entre 10.000 y 150.000 “obreras” (hembras sin ser fecundadas) que son las encargadas de los trabajos dentro de su “casa” cuando nacen como lo es el cuidado y la alimentación de futuros insectos y acondicionamiento de los alimentos; posteriormente van saliendo al exterior para acarrear los productos que ellas utilizaran para su supervivencia y beneficios de otros; y cientos de zánganos, machos cuya única función es fertiliza a la reina en su vuelo nupcial.

Hay diversa razas de abejas. En nuestro país la mas común es la apis mellífera mellífera. Algunos apicultores han hecho grandes esfuerzos para popularizar la apis mellífera ligústica o abeja “Italiana” de notoria mansedumbre importando reinas de dicha raza. También hubo intentos aislados para introducir la apis carniola, abejas mas grande y productora. Y en los últimos se ha dicho y escrito mucho y también se ha sentido su presencia por la introducción de las abejas “africanas” (adansonii – escutelata y otras).

La pintura rupestre de recolección de miel de la Cova de l´ Aranya, Bicop, Valencia, de hace unos 8.000 años, es conocida, desde aquí hasta China, como el primer documento que relaciona a las abejas con ........ ¿el hombre?, no ; con la mujer.

La pintura representa de forma clara una mujer, joven con silueta (caderas, cintura, hombros,...)que esta ayudada en la recolección por un ¿adolescente?, (miembros alargados). Ambos llevan cestos para recolectar los panales, ella en la mano, el adolescente a la espalda.

  • Esto según Vida Apícola. Edición Electrónica. Escribe Antonio Gómez Pajuelo.

Los inventores de la colmena, es decir, los primeros que colocaron a las abejas en un recipiente (en los comienzos una especie de canasto hecho de juncos y barro) fueron los egipcios 4500 años A.C. Así lo prueban murales hallados en el Templo del Sol de Aboussir.

Los griegos, los Judíos, los Romanos, los Galos, los Francos, la Europa medieval y el mundo del Renacimiento fueron consumidores de miel (todavía no se conocía el azúcar) y de cera. Pero las técnicas de explotación no eran muy diferentes de las que habían desarrollado los egipcios.

Recién a fines del siglo XVIII, un ginebrino ciego llamado Francois Huber inventó la colmena movilista o de cuadros, que al principio se llamó “colmena de Libro”

En 1852, un pastor protestante norteamericano llamado Lawrence Lorraine Langstroth, perfecciono el invento de Huber creando la colmena standard. Y una década después, Charles Dadant hizo algo similar en Francia, revolucionando la apicultura en Europa.

Y a todo esto, ¿qué pasaba en América?. Aparentemente las abejas eran desconocidas en nuestro continente antes del descubrimiento y la conquista española. Si, habían otras varias especies de meliponidos que hoy llamamos avispas, lechiguanas etc.

Hace, mas de 20 años, Antonio Bierzychudek publicó un estudio sobre el aprovechamiento de la miel y la cera en las reducciones jesuíticas de la provincia Paracuaria. El Padre Martín Dobrizhoffer, S:J. Que vivió en las Reducciones entre 1749 y 1768, en su estudio sobre los indios abipones relataba como estos descubrían los enjambres y les robaban la miel.

A los abipones no les cuesta el menor trabajo buscar y retirar los panales ocultos en las selvas. Cuando hay buen tiempo y el sol brilla con claridad, cabalgan hacia el campo. Como ellos tienen visita increíblemente fina observan las abejas (4) en su vuelo de acá para allá y les siguen al pie hasta descubrir el árbol donde las abejas tiene sus depósitos. Ellos trepan por el árbol tan ágilmente como los monos, ensanchan con el hacha la abertura por donde entran y salen las abejas diligentes, retiran la miel y la cera y las llevan en un recipiente de cuero a casa donde sus amigos, hijos, esposas se deleitan ya lamiéndolas cual ambrosia u sorbiéndolas cual néctar en cordial alegría de este plato de dioses. (5)

Por esos mismos años estuvo en el Paraguay el Padre Florián Paucke. S.J. quien convivió con los indios mocobíes, los cuales eran expertos en preparar lo que hoy denominamos hidromiel:

Ellos toman un cuero crudo y seco de tigre o ciervo que ellos cuelgan con las cuatro puntas de cuatro varas de manera que el cuero forma entre esas cuatro varas cual una bolsa. Ahí dentro echan la miel junto con la cera, vuelcan agua por encima hasta arriba y dejan fermentar así bajo el calor del sol; en tres o cuatro días la bebida tiene suficiente fuerza. (6)

Medio siglo después el Padre Antonio Sepp. S.J. escribio acerca de la cera que las avispas le proporcionaban para la confección de velas. Y el Padre Manuel Peramás, S.J. expresaba que la yerba, el tabaco, la miel y el maíz se empleaban entre los españoles paraguayos y así también entre los indios guaraníes, como medios de cambio, en reemplazo del dinero. (7) (8).

2 Introducción de las abejas en el Uruguay[]

La primera colmena que llego al Uruguay en forma fortuita, fue en abril de 1834 y su introductor fue el ex presidente argentino Bernardino Rivadavia.

Desde 1812, Rivadavia había mostrado un gran interés en poblar el campo y desarrollar la producción agraria que hasta esa fechase reducía a algunos escasos cultivos hortícola y a la explotación del ganado cerril. Fue así que el 7 de agosto de 1823, siendo ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores, creo la Escuela de Agricultura y Jardín de Aclimatación de la Recoleta. Para dirigirlo trajo de Francia al Prof. Pierre Baranger, pero sus ideas eran muy adelantadas para la época y por varios meses no pudo conseguir alumnos. Dos años después, Las Heras suprimió la Escuela de Agricultura.

En esos momentos, Rivadavia estaba en Londres y como se había cerrado la escuela, pero no el jardín de aclimatación contracto al técnico Alexandes Paul Sack para dirigirlo y compro 14 cajas de semillas varias a la firma Hullet & Bros y cuando el barco arribó al Río de la Plata había una gran bajante y no pudo llegar a Buenos Aires, de modo que las 9 cajas que se habían salvado fueron desembarcadas en Montevideo.

Mientras se cumplían los tramites burocráticos para reembarcar dichas semillas a Buenos Aires en el puerto de Montevideo se echaron a perder 7 de las 9 cajas, de modo que a buenos Aires solo llegaron dos, Aún así, Sack y su ayudante Samuel Atwell hicieron maravillas y el jardín llegó a producir miles de frutales hasta entonces desconocidos, en nuestras tierras. El 11 de febrero de 1828, Dorrego también clausuro el Jardín de Aclimatación.(9)

En abril de 1834, Rivadavia volvía otra vez de Europa, pero Rosas no le permitió desembarcar. Por segunda vez, sus envíos de material para el desarrollo rural llegaban primero al Uruguay. El diario El Universal, en su edición del 6 de enero de 1836 escribía al respecto.

En su último viaje de Europa, por el mes de Abril de 1834, trajo de Francia el Sr. Rivadavia dos colmenas. Lo largo de la travesía y los inconvenientes con que se halló a su llegada fueron causa de que se perdiese una de las colmenas. Debiendo a sus esfuerzos y a su celosa inteligencia la conservación de la otra que llevo a la Colonia del Sacramento donde se estableció. En Octubre del mismo año (1834), tuvo la satisfacción de ver nacer el primer enjambre nuevo, que aseguro el logro de sus deseos y la introducción de las abejas en esta parte de América. Sucesivamente ha logrado el Sr. Rivadavia nuevos enjambres a términos que a pesar de haber perdido dos, tiene el día de hoy, seis colmenas pobladas. En el mes de diciembre pasado hizo ya su primer cosecha y ha tenido el placer de recoger de dos solas colmenas, como cien libras de miel de la que ha enviado muestras a esta capital, y algunas libras de cera que ha remitido a Buenos Aires, con el objeto que sea allí labrada, para presentarla hechas bujías, al templo de la Colonia. Estos son los primeros frutos de una empresa tan recomendable. Me parece que todos los amigos de nuestro país debemos complacernos al ver arder, por primera en nuestros altares la cera producida en nuestra patria y al probar la miel elaborada de los jugos de nuestras flores.

Pero también que todos debemos agradecer al señor D. Bernardino Rivadavia una adquisición tan importante que asegura ,dentro de pocos años a la República, nuevos y abundantes ramos de industria, como que podremos cosechar en nuestros campos materias que tan caras pagamos hoy al extranjero”. (10) (11).

Bibliografía[]

  1. (1) Diccionario Enciclopédico Horizonte. Buenos Aires, Argentina. Edit. Horizonte 1976, Tomo I, Pag, 85.
  2. (5) BIERZYCHUDEK, Antonio.- “La Miel y la cera en las reducciones jesuíticas” en “GACETA DEL COLMENAR” - Buenos Aires, Argentina, N° 389, Setiembre de 1972
  3. (6) Ibid.
  4. (7) Ibid.
  5. (8) Entre 1974 y1976, el citado Antonio Byerzychdek publicó una larga serie de artículos históricos en la revista argentina Gaceta del Colmenar, bajo el título Búsqueda de datos historicos sobre la existencia de la Apis mellífera en un sector de América del Sur. En dicho trabajos probó fehacientemente que las abejas (Apis mellífera) no existía en América antes de la llegada del hombre blanco.
  6. (9) Ver: Feizzi de Longoni, Haydée Rivadavia y la economia argentina. Buenos Aires, Argentina. Sin edit. 1947. Alavarez Días de Vivar, J. Cesar. Rivadavia. Piedra Angular de la enseñanza agrícola, Buenos Aires, Argentina. Edit. Suelos Argentino, 1945. Esto significa que las primeras abejas llegadas a América del Sur vinieron al Uruguay. De acuerdo a las investigaciones del norteamericano Dr. Phillips (Beekeeping” 1923) las abejas fueron introducidas en: Brasil en 1845, (12) en Chile en 1848 y en Argentina en 1857. Según el mapa del Ing. Zootecnista Jose Manuel Bande de Cuba, presentado en el Primer congreso del MERCOSUR en Punta del Este en el 2005 las abejas fueron apareciendo en Cuba, en Guanabacoa en 1763, en Uruguay en 1834 en Colonia del Sacramento, en Brasil en 1845, en Chile, Santiago en 1848, en Argentina en 1855 y en 1858 en Bolivia, Cochabamba. También en el norte fue apareciendo en 1622 en Virginia, 1793 en Nueva York, en 1809 en Alaska, en 1830 en California y 1911 en Yucatán. Según un informe Cadena agrolimentaria de la miel de abejas de la Universidad Rafael Landivar y otros de Guatemala del 2002 dice que; en 1616 Robert Richi, en Bermudas tenia sus primeras colmenas.

Aparentemente, esas colmenas.........

CONTINUARA......

Información aportada por el socio: Juan José Cordara.

Enlaces externos[]

Véase también[]

Advertisement