Se llama arbusto a una planta leñosa de cierto porte cuando, a diferencia de lo que es propio de un árbol, no se yergue sobre un solo tronco o fuste, sino que se ramifica desde la misma base. Los arbustos pueden medir varios metros.
No todas la plantas leñosas ramificadas desde la base merecen ser llamadas arbustos; por ejemplo, los tomillos (g. Thymus) o los espliegos (g. Lavandula) son matas leñosas o, como se dice también, subarbustos. Términos como árbol, arbusto o mata describen biotipos en la lengua común y son más o menos equivalentes de otros técnicos; los equivalentes botánicos para este concepto se extienden entre los términos caméfito, nanofanerófito y microfanerófito,
Es frecuente que especies que se presentan normalmente como arbustos pueden crecer como árboles; o donde las circunstancias ecológicas son distintas, como ocurre con la coscoja (Quercus coccifera) en el Norte de África, o por un esfuerzo deliberado en el cultivo, como se ve a veces con la adelfa (Nerium oleander).